
Secuéstrame Prepara todo:
no opongo resistencia. Tu alma,
la mar que nos abraza es inmensa tu sonrisa,
y entre tus brazos seré más poesía. tu piel,
Ven a por mí. Llévame contigo (cúbrela de cielo)
adonde se pone el sol tus ojos,
sin más abrigo que tu piel (Un retrato de mar)
como una ola suave, dulce Tus labios rojos
que se desvanezca en la mía. han de venir
Rescátame en tu secuestro tatuado con tu brisa.
del infierno de la soledad La Libertad te espera.
y la inmensidad de ésta pena. ¡Ven atiza
Enséñame las constelaciones todo este amor!.
de tu cielo cuajado de estrellas. En tu fuego me alojo
No me devuelvas y en la dulzura
porque tirito de frío yermo de tu ser recojo
con burletera inclemencia cruel tu belleza de diosa,
de esta vida en constante desafío poetisa.
donde la peor sed que padezco viola Los dos en el camino
y el hambre es mucho más crujiente -hiel- de la vida
en el desamparo que desborda mi tristeza. con el cántico auroral
Éste inicuo vacío que sólo a veces se llena de los jilgueros
de desesperanza. Sin horizontes. seremos el verdor,
Lléname con los aromas místicos la primavera
de un nuevo presente de verdad vivo cantando sus baladas,
sin sentir mi alma presa, espesa, atada adormecida
a un injusto, constante y maldito castigo. en un río de paz;
¡Ráptame! Es casi una súplica. cada te quiero
Volaré hacia ti como una alpispa con tu voz
alrededor de la acequia de tu hogar de mi alma
libando la flor del paraíso que te envuelve . se apodera.
Nieves María Merino Guerra Antonio Escobar Mendívez
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