Llegan pobladas de fuerzas nuevas sinfonías
lagrimosas sonrientes. En el camino crece
la vida infinito crepúsculo. Se mece
el tiempo en su hamaca de sueños. Son los días
surcos sembrados con nuevas semillas. Virtud
que dan los años y en el otoño estremecida
el alma será la primavera florecida
para el futuro en el pasado a la infinitud.
Cómo no amar al monumento que nos hace reos
de su corazón, a la que sembró alegrías
cotidianas para hacerlas eterno trino?
Eso eres mujer, esencia diamante alabastrino
Madre universal, océano, llena de hidalguía
multiplicada diariamente en miles de ajetreos.
Antonio Escobar Mendívez
La Libertad- Perú
29-08-2014

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