
El corazón
es un camino.
Arenas vibrantes
lo hacen sendero,
hacia el cielo,
regaz o de ternura
y de consuelo
para el amor
en alegrías y penas.
Y se echan a volar,
aves serenas,
buscando el norte
en amoroso vuelo,
nunca sus ojos
mirarán el suelo,
se convierten
a veces en sirenas.
Así es nuestro vivir,
de amor sincero
va llena su mochila
y cada beso
se dibuja en la luz
de las estrellas.
La playa de tus ojos
y un te quiero
me trae cada noche
el embeleso
y de tu dulce amor
quedan tus huellas.
Antonio EScobar Mendívez
Con plumas de gaviotas cruzando el cielo
colmando de ilusiones todas las penas.
Huellas de amor que son de besos,
caricias de las olas sobre la arena.
Caminos y veredas de sentimientos
forjados con paciencia y con cariño.
Ternuras endulzadas tal como un niño
observa con asombro una madre buena.
Así sería la vida si cuando amamos
se deshecha egoísmo e incomprensión
donando de nosotros lo que buscamos
sin otros intereses ni otra obsesión.
Estrellas de mil noches en nuestros sueños
con lluvias de esperanzas y de pasión
cuidando con esmero nuestro sembrado
haciendo que florezca en el ser amado
nuevo aroma de risas en cada unión.
Nieves María Merino Guerra
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