Sangran manos de Jesús
-clavo fuerte encadenado-
cuando es abandonado
o es ignorado en su cruz.
No llores por el pasado
¡Grita fuerte éste presente!
Todo Jesús es la gente
por la que luchó a morir.
No basta orar sin vivir comprometido y valiente
No miremos hacia lo alto ni a una figura de piedra.
Jesús se muestra a tu lado -no en un trozo de madera-
Si quieres desenclavarlo y sanarlo en sus heridas
dejemos de hacerle daño aprendiendo a Amar amando.
Cuando veamos las llagas
de corazones heridos
recordemos los sufridos
en la pasión cotidiana.
Llantos de hambre y dolor
-sea otoño o primavera-
es nuestra meta primera
antes de darle una flor.
Miremos a Dios de frente
en cada niño clavado.
Es Jesús crucificado
-o aún peor que Jesús-
Nieves María Merino Guerra
Gran Canaria - España
14 de abril de 2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario